Este proyecto surge tras una cuidadosa evaluación de la topografía del terreno, el clima mediterráneo característico de la costa alicantina y su ubicación en una ladera de montaña.

Destaca su excelente ubicación frente al mar, donde, al considerar las necesidades del cliente, tuvimos la oportunidad de crear una arquitectura completamente permeable que resalta el paisaje y proporciona la privacidad justa.

El cliente buscaba una residencia vacacional donde sus hijos pudieran disfrutar de espacios independientes. Por esta razón, la casa se divide en tres niveles, conectados por una escalera exterior que actúa como eje estructurador de la vivienda.

El carácter exterior de la escalera evidencia la autonomía funcional de cada nivel, resaltando la pendiente del terreno y ofreciendo vistas espectaculares al mar.

Los espacios interiores están cuidadosamente definidos. Al ingresar a la casa, nos encontramos con una zona que combina salón, cocina y comedor, aprovechando al máximo los espacios de manera racional. Amplios ventanales integran el paisaje mediterráneo con este espacio, añadiendo una sensación de calidez.

En la amplia terraza se encuentra una piscina con borde infinito que se funde con el horizonte del mar, convirtiéndose en el centro social de la casa.

Los materiales utilizados hacen referencia al estilo blanco mediterráneo y la piedra.

La iluminación, tanto interior como exterior, desempeña un papel destacado en todas las áreas, realzando colores, ampliando espacios y creando ambientes acogedores.

El mobiliario moderno tanto en el interior como en las terrazas es de Andrew World.